Real Madrid - M.City, encuentro de fase de grupos de la Champions League, después de la lluvia de críticas por el mal comienzo del club blanco en la Liga y por la tristeza del jugador franquicia del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, sumado a la reprimenda de Mourinho por el compromiso de sus jugadores, los merengues saltaban al césped del Bernabéu en su competición, la Copa de Europa, para pegar un puñetazo sobre la mesa y despejar cualquier tipo de duda hacia el equipo y hacia el compromiso de sus jugadores.

En la segunda parte del encuentro -la primera no es digna de mención por el aplastante dominio blanco- y tras seguir el guión de la primera, el Manchester City se adelanta en el marcador (hasta en dos ocasiones) y acto seguido se produce una de esas remontadas históricas que dan sentido y significado al Real Madrid. En menos de 5 minutos el Real pasa de ir perdiendo 1-2 al 3-2 final.

Ante esta noche mágica en el Bernabéu, recordando y sintiendo al gran Juanito en el alma de todos y cada uno de los jugadores, un Iker Casillas impasible ante la remontada histórica de su equipo.





Algo nunca visto hasta la fecha.
En menos de un par de horas, algunos medios como Punto Pelota, Marca, As... justifican a Casillas mediante la historia de la muerte de un niño polaco que Iker conoció en la Eurocopa. Historia, obviamente creíble e interiorizada al ser el capitán de la selección española y portador del "buen rollo" de ésta.

No sabemos cuál es la verdad ya que Iker no ofreció su testimonio en rueda de prensa o a algún micrófono de cualquier medio, lo que sí sabemos es que Casillas tiene el derecho de no celebrar goles -Cristiano Ronaldo no, ya que es un chulo portugués que cobra mucho dinero- o de contradecir ese sentimiento madridista del que nadie duda sin celebración ninguna ante un día histórico.
El sentimiento de culpa o de mal partido por las cantadas en los goles es impensable para todos, ya que Iker es Iker.