Temporada 2002-2003, partido de vuelta de cuartos de final de la Champions League.

En la cancha, dos de los mejores equipos de la historia del fútbol. Considerada final anticipada, los Raúl, Zidane, Ronaldo y cía nos deleitaron con un partido para enmarcar. Una lucha titánica donde la clase y el pundonor pintaban con colores mágicos los históricos Old Trafford y Bernabéu ante los ojos expectantes de aquellos que presenciaban el encuentro.

En unos días, la historia nos da el privilegio de asistir a otro clásico.

Esta vez sin los Zidane, Figo y Ronaldo sino con los Cristiano, Ozil, y Benzema. Con un equipo que ansía la décima y que reclama vendetta honrando a aquellos que lucharon para colmarnos de sueños y alegrías.

Equipo que, aunque no lleve buena racha en Liga, se transformará para combatir en campo de batalla contra este coloso inglés.

Y lo hará por esa deuda histórica que se nos atraganta año tras año, pero que estos jugadores, que ya cumplieron nuestras utopías en forma de puntos y goles en una Liga nunca vista hasta la fecha, lograrán.

Con un Cristiano Ronaldo intratable, con 182 goles en 179 partidos desde que llegó al Real Madrid, con un Mesut en pleno estado de forma, con un Higuaín y Benzema escoltados por nuestros majestuosos Khedira y Xabi a la sombra de una defensa con Pepe de guardián imperial. 

Todo comandado por el rey de reyes, José Mourinho.

Que vuelva el miedo escénico al Bernabéu, que vuelva a sonar el himno que nos hizo poderosos.

Que vuelva la Champions y que tiemblen, que se enfrentan al campeón, al Real Madrid.

¡Huestes, a vencer!