Esta vez no ha sido Guardiola el protagonista, supongo que estará muy entretenido contratando espías para violar la intimidad de sus preciados jugadores. Situación que se tapa y que no se considera escándalo, como pasaría en cualquier otro contexto o en cualquier otro club, porque Guardiola lleva a cabo los espionajes con muchísima humildad y proyectando valores.
Si no que, como decimos, el que ha intentado desestabilizar prejuiciosamente ha sido el pseudo-entrenador del Barcelona, Jordi Roura:
- Jordi Roura: "Es una evidencia que con Undiano tenemos peores números que con otros y guardamos en la memoria su permisividad en aquella final de Copa".
Declaraciones que atentan contra la sensatez blaugrana y desafían la idiosincrasia culé, característica por su tolerancia y respeto hacia el colectivo arbitral en particular, y la sociedad en general, como podemos contemplar:
Lo peor de todo no es que mientan y hagan un ejercicio de subnormalidad pública, si no que los medios de comunicación, lejos de denunciar estas tramposas astucias, las tapen. Y encima, carguen contra Mourinho por responder a Roura diciendo con una ironía digna de didáctica a los mas pequeños: “Yo prefiero quedarme con las lecciones que hemos recibido en el pasado del Barcelona. Lecciones de deportividad, de cómo estar en el fútbol. No hablar de los árbitros, no rodearlos, no buscar tarjetas para sus adversarios. No disimular. Y, por supuesto, lecciones de cómo jugar al fútbol, que lo hacen muy bien. Hay que intentar humildemente seguir esa línea”.
Claro, supongo que lo harán porque Mourinho miente, como se demuestra en estas imágenes, sumadas a las anteriores:
Vamos, que una vez más el Barcelona, bajo la capa de la humildad, honestidad, sensatez y sentido común, enciende el clásico copero e intenta coger las riendas de la persuasión con la finalidad de ganar enteros antes de jugar el partido. Nada nuevo.
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